– CABARET TROPICANA, LA HABANA, CUBA, POR 85 AÑOS, UNA FANTASIA DE LA ARQUITECTURA MODERNA CUBANA. PHOTOS.* CABARET TROPICANA, Havana, Cuba, for 85 years, a Fantasy of Modern Cuba Architecture. PHOTOS.

CABARET TROPICANA, LA HABANA, CUBA, POR 85 AÑOS, UNA FANTASIA DE LA ARQUITECTURA MODERNA CUBANA. PHOTOS.


“Junto a su magnífica trayectoria artística como escenario de grandes músicos y talentosos coreógrafos y bailarines, es también una de las más importantes obras de la arquitectura moderna cubana”.


Tropicana es, desde hace 85 años, el sitio emblemático de la vida nocturna habanera. Música, danza, comida, bebida y mucho dinero han estado asociados a su fama como espacio de recreo. Así quedó reflejada en películas como Chico y Rita (Fernando Trueba-Javier Mariscal-Tono Errando, 2010), contextualizada en la primera década de este cabaret, cuando aún no existían sus magníficos salones modernos; en Our Man in Havana (Carol Reed, 1959), que ofrece la imagen selecta de su etapa prerrevolucionaria; y en Un paraíso bajo las estrellas (Gerardo Chijona, 1999) donde se convierte en locación protagónica y aspiración máxima de la bailarina de cabaret. Tropicana ha sido, a pesar de la competencia, “el cabaret” cubano.



Y, junto a su magnífica trayectoria artística como escenario de grandes músicos y talentosos coreógrafos y bailarines, es también una de las más importantes obras de la arquitectura moderna cubana. Digamos que es de las imprescindibles dentro del extenso catálogo del Movimiento Moderno en la Isla en la década del 50. En ella se conjugó la excelencia del uso del hormigón armado, empleado con inmensa creatividad y no poco alarde tecnológico, en un diseño espacial y escenográfico que fusiona arte y naturaleza con total organicidad.

PUNTO ESENCIAL DEL TROPICANA

La naturaleza fue el primer punto esencial en la concepción de este espacio. Condicionó su diseño arquitectónico y también le ha servido como complemento, en un maridaje que hace de esta obra un ejemplo excepcional de la arquitectura orgánica. Fue por tanto la clave que sustentó la idea fundacional de este sitio como espacio de recreo.

A inicios del siglo XX, era la residencia de Regino du Repaire du Truffin y Nieves (Mina) Pérez Chaumont. Con una superficie de 36.000 metros cuadrados, Villa Mina se definía por una mansión residencial con extensos jardines muy arbolados. Al enviudar, Mina decidió rentar el espacio y establecer allí un cabaret-casino que ofreciera un entorno paradisíaco. Con este objetivo se inauguró en 1939 con el nombre Beau Site Club. Se cuenta que la propuesta de nombrarle Tropicana llegó en 1941, por la canción homónima que Alfredo Brito interpretaba allí y que conectaba con aquella suerte de edén tropical.

En esta primera etapa, el cabaret contó con un escenario a cielo abierto, abrazado por la profusa vegetación, similar al actual Salón Bajo las Estrellas. En la casa radicaba el casino que, según se registra, era la verdadera fuente de ingresos del conjunto recreativo. Tal fue su éxito que, junto a otros famosos cabaret-casinos de La Habana, provocó el cierre y demolición en 1953 del Gran Casino Nacional (1922), situado donde luego estuvo el Country Club y más tarde las Escuelas Nacionales de Arte.

TROPICANA BAJO LAS ESTRELLAS

Hacia 1950, Martín Fox compró la finca de Mina, quedando como único propietario del cabaret-casino. Inmediatamente acometió las reformas que hasta hoy distinguen el espacio como un conjunto arquitectónico excepcional. Para ello contrató a Max Borges Recio, joven arquitecto que había diseñado en 1941 su vivienda de Calle 18, entre 1ra y 3ra, Miramar; y que también había ejecutado obras relevantes como el Centro Médico Quirúrgico (1948, hoy Hospital Neurológico), que le valió su primera Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos; y el edificio Someillán (1950), el más esbelto de Cuba.

La primera obra diseñada para Tropicana por Max Borges Recio, y a su vez el recinto más significativo, fue el Salón Arcos de Cristal (1951). Su objetivo era crear una sala de espectáculos techada que no prescindiera del disfrute del entorno arbolado. La solución no pudo ser más certera y más acorde a su tiempo. Haciendo uso de las facilidades que le confería el hormigón armado, creó cinco estructuras laminares con forma de arco de distintos tamaños situados excéntricamente. Esto le daba un dinamismo al espacio arquitectónico que conectaba con la vibrante capacidad de la música para provocar sensaciones, a la par que creaba un recinto amplio y despejado de pilares intermedios, y que visualmente atraía hacia el escenario.

Esta especie de caracola tiene una apertura máxima de 26 metros de ancho y decrece hasta el escenario de 12 metros, con una altura que va entre diez y cinco metros en sus diferentes puntos. Los espacios intermedios entre los arcos se cerraron con paneles de vidrio, posibilitando una continuidad visual con el exterior y aligerando aún más esa pared-cubierta de unos siete centímetros de grosor, pintada de oscuro para hacerla desaparecer en la bóveda celeste. Con una capacidad de 450-500 asientos, favorecía la visualidad hacia el escenario con el escalonamiento del suelo, y el cierre acristalado del salón permitía el confort del aire acondicionado. Para mantener este conjunto, el cabaret tenía un departamento de mantenimiento que prestaba esmerada atención a las instalaciones, y a la jardinería.

EL SALON ARCOS DE CRISTAL


La concepción del Salón Arcos de Cristal resume lo mejor de la arquitectura de su tiempo en la belleza plástica de su estructura, la economía y sencillez de los recursos empleados que apuntan hacia la elegancia de las formas, todo sustentado con materiales modernos y resistentes. En este caso, la comunión con el entorno es total, lo que lo convierte en un sitio único y atractivo, su mejor estrategia comercial.

Por otra parte, el uso de la curva es muy compatible con el entorno natural y también a nivel sugestivo, sensitivo, con las funciones para las que el espacio fue dedicado. Sobre las curvas en la arquitectura decía Oscar Niemeyer, el gran maestro del Movimiento Moderno brasileño: “No es el ángulo recto el que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas está hecho todo el universo”.

Entre todas las obras diseñadas por Max Borges, los arcos han sido trascendentales en Tropicana, que le ganó su segunda Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos en 1953, y el Club Náutico (1952-53), donde sus arcos juegan con la proximidad al mar.

Las curvas también definieron la bella instalación metálica que decora el escenario del segundo salón construido en Tropicana en 1952. Con el Salón Bajo las Estrellas se modernizó el salón original a cielo abierto, ahora con capacidad para 1.200 asientos. La dinámica composición de esta instalación se fusiona con los efectos de luz, la música y las coreografías que aprovechan las diversas plataformas del escenario, embebido en un entorno verde que soporta toda la fantasía. Por ello también se incluye entre los símbolos de este cabaret.


Como fue habitual en su época, también lo ambientaron obras de arte. En particular, la escultura Ballerina (1949) de Rita Longa, y La Fuente de las Musas (1920) de Aldo Gamba. Esta última había presidido la entrada del Gran Casino Nacional, por lo que constituyó un símbolo trasladado al que se consideraba el nuevo Montecarlo de América. Ambas esculturas figuraban en las fichas del Casino Tropicana, cuyo inmueble se construyó en 1954 (hoy restaurante Los Jardines). Ballerina también se reprodujo en toda la publicidad y en elementos del cabaret como las lámparas y los removedores de bebida.

EL TROPICANA: SU ULTIMA CONSTRUCCION

La última construcción de Tropicana fue la conversión en 1956 de la antigua casona en cafetería (hoy Café Rodney). Para ello Max Borges sustituyó los muros de carga por diez paraboloides hiperbólicos de estructura laminar de hormigón armado, posibilitando el cierre con paredes de vidrio y creando marquesinas y cubiertas de aspecto escultórico.

El prestigio alcanzado por Tropicana llevó a Max Borges a diseñar cabarets similares en México y Puerto Rico, donde colaboró con el arquitecto Félix Candela, quien en 1941 había creado una empresa para la fabricación de estructuras laminares (de tres centímetros de espesor). Juntos hicieron el Club Jacaranda (1954) en Ciudad de México, destruido por un terremoto en 1985; y el Cabaret-Casino Tropicoro (1956-57) del hotel San Juan en Puerto Rico, demolido en la década del 70. Ambos llevaron la impronta del Cabaret Tropicana, que por fortuna hasta hoy les ha sobrevivido.

Convertido desde su nacimiento en ícono de la arquitectura moderna cubana, Tropicana fue incluido en la exposición Latin American Architecture since 1945, celebrada en 1955 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Desde 2002, es Monumento Nacional de Cuba.



CABARET TROPICANA, HAVANA, CUBA, FOR 85 YEARS A FANTASY OF MODERN CUBAN ARCHITECTURE. PHOTOS.

“Along with its magnificent artistic career as a stage for great musicians and talented choreographers and dancers, it is also one of the most important works of modern Cuban architecture.”

Salón Arcos de Cristal, Cabaret Tropicana, Havana, in 1952. Architecture GE

Tropicana has been, for 85 years, the emblematic site of Havana’s nightlife. Music, dance, food, drink and a lot of money have been associated with its fame as a recreational space. This was reflected in films such as Chico y Rita (Fernando Trueba-Javier Mariscal-Tono Errando, 2010), set in the first decade of this cabaret, when its magnificent modern salons did not yet exist; in Our Man in Havana (Carol Reed, 1959), which offers a select image of its pre-revolutionary period; and in Un paraíso bajo las estrellas (Gerardo Chijona, 1999) where it becomes a leading location and ultimate aspiration of the cabaret dancer. Tropicana has been, despite the competition, “the Cuban cabaret.”

And, along with its magnificent artistic career as a stage for great musicians and talented choreographers and dancers, it is also one of the most important works of modern Cuban architecture. Let’s say that it is one of the essential works within the extensive catalogue of the Modern Movement on the Island in the 1950s. It combined the excellence of the use of reinforced concrete, used with immense creativity and no small technological display, in a spatial and scenographic design that fuses art and nature with total organicity.

ESSENTIAL POINT OF TROPICANA

Nature was the first essential point in the conception of this space. It conditioned its architectural design and has also served as a complement, in a pairing that makes this work an exceptional example of organic architecture. It was therefore the key that supported the founding idea of ​​this site as a recreational space.

At the beginning of the 20th century, it was the residence of Regino du Repaire du Truffin and Nieves (Mina) Pérez Chaumont. With a surface area of ​​36,000 square metres, Villa Mina was defined as a residential mansion with extensive, wooded gardens. When she was widowed, Mina decided to rent the space and establish a cabaret-casino there that would offer a paradisiacal setting. With this objective in mind, it was opened in 1939 under the name Beau Site Club. It is said that the proposal to name it Tropicana came in 1941, after the song of the same name that Alfredo Brito performed there and that connected with that kind of tropical Eden.

In this first stage, the cabaret had an open-air stage, embraced by the profuse vegetation, similar to the current Salón Bajo las Estrellas. The casino was located in the house, which, according to records, was the true source of income for the recreational complex. Such was its success that, together with other famous cabaret-casinos in Havana, it led to the closure and demolition in 1953 of the Gran Casino Nacional (1922), located where the Country Club and later the National Art Schools were located.

TROPICANA UNDER THE STARS

Around 1950, Martín Fox bought Mina’s property, remaining the sole owner of the cabaret-casino. He immediately undertook the renovations that to this day distinguish the space as an exceptional architectural complex. To do so, he hired Max Borges Recio, a young architect who had designed his home on Calle 18, between 1st and 3rd, Miramar, in 1941; and who had also executed important works such as the Medical Surgical Center (1948, today the Neurological Hospital), which earned him his first Gold Medal from the College of Architects; and the Someillán building (1950), the most slender in Cuba.

The first work designed for Tropicana by Max Borges Recio, and at the same time the most significant venue, was the Salón Arcos de Cristal (1951). His aim was to create a covered performance hall that would not neglect the enjoyment of the wooded surroundings. The solution could not have been more accurate and more in keeping with its time. Making use of the facilities provided by reinforced concrete, he created five laminar structures in the form of arches of different sizes placed eccentrically. This gave a dynamism to the architectural space that connected with the vibrant capacity of music to provoke sensations, while creating a wide enclosure free of intermediate pillars, and which visually attracted one towards the stage.

This kind of shell has a maximum opening of 26 metres wide and decreases to the stage of 12 metres, with a height that ranges between ten and five metres at its different points. The intermediate spaces between the arches were closed with glass panels, allowing visual continuity with the exterior and further lightening the seven-centimeter-thick wall-cover, painted dark to make it disappear into the celestial vault.

With a capacity of 450-500 seats, it favoured the view towards the stage with the staggered floor, and the glass enclosure of the hall allowed the comfort of the air conditioning. To maintain this set, the cabaret had a maintenance department that paid careful attention to the facilities, and to the gardening.

THE ARCOS DE CRISTAL HALL

The design of the Arcos de Cristal Hall sums up the best of the architecture of its time in the plastic beauty of its structure, the economy and simplicity of the resources used that point towards the elegance of the forms, all supported by modern and resistant materials. In this case, the communion with the environment is total, which makes it a unique and attractive place, its best commercial strategy.

On the other hand, the use of the curve is very compatible with the natural environment and also at a suggestive, sensitive level, with the functions for which the space was dedicated. Regarding curves in architecture, Oscar Niemeyer, the great master of the Brazilian Modern Movement, said: “It is not the right angle that attracts me, nor the straight, hard, inflexible line created by man. What attracts me is the free and sensual curve, the curve that I find in the mountains of my country, in the sinuous course of its rivers, in the waves of the sea, in the body of my favorite woman. The entire universe is made of curves.”

Among all the works designed by Max Borges, arches have been transcendental in Tropicana, which won him his second Gold Medal from the College of Architects in 1953, and the Nautical Club (1952-53), where its arches play with the proximity to the sea.

Curves also defined the beautiful metal installation that decorates the stage of the second hall built in Tropicana in 1952. With the Hall Under the Stars, the original open-air hall was modernized, now with a capacity for 1,200 seats. The dynamic composition of this installation merges with the lighting effects, music and choreography that take advantage of the various platforms of the stage, embedded in a green environment that supports all the fantasy. For this reason it is also included among the symbols of this cabaret.

As was usual at the time, it was also decorated with works of art. In particular, the sculpture Ballerina (1949) by Rita Longa, and The Fountain of the Muses (1920) by Aldo Gamba. The latter had presided over the entrance to the Gran Casino Nacional, so it was a symbol transferred to what was considered the new Monte Carlo of America. Both sculptures appeared on the cards of the Casino Tropicana, whose building was built in 1954 (today the Los Jardines restaurant). Ballerina was also reproduced in all the advertising and in elements of the cabaret such as the lamps and the drink stirrers.

THE TROPICANA: ITS LAST CONSTRUCTION

The last construction of Tropicana was the conversion in 1956 of the old house into a cafeteria (today Café Rodney). To do this, Max Borges replaced the load-bearing walls with ten hyperbolic paraboloids of reinforced concrete laminar structure, making it possible to close it with glass walls and create canopies and covers with a sculptural appearance.

The prestige achieved by Tropicana led Max Borges to design similar cabarets in Mexico and Puerto Rico, where he collaborated with the architect Félix Candela, who in 1941 had created a company for the manufacture of laminar structures (three centimeters thick). Together they built the Jacaranda Club (1954) in Mexico City, destroyed by an earthquake in 1985; and the Cabaret-Casino Tropicoro (1956-57) at the San Juan hotel in Puerto Rico, demolished in the 1970s. Both bore the imprint of the Cabaret Tropicana, which fortunately has survived to this day.

Since its inception, Tropicana has become an icon of modern Cuban architecture and was included in the Latin American Architecture since 1945 exhibition held in 1955 at the Museum of Modern Art in New York. Since 2002, it has been a National Monument of Cuba.

Agencies/ Wiki/ DDC/ Yaneli Leal/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona.

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– EXPRESIONES POPULARES DEL PUEBLO CUBANO EN SU HABITUAL CONVERSACION. PHOTOS. * POPULAR EXPRESSIONS OF THE CUBAN PEOPLE IN THEIR USUAL CONVERSATION. PHOTOS.

EXPRESIONES POPULARES DEL PUEBLO CUBANO EN SU HABITUAL CONVERSACION. PHOTOS.

1- Tremendo arroz con mango: Se usa para referirse a un enredo.

2- Ponte las pilas: Se usa para animar a alguien a hacer algo.

3- Tremenda muela: Se usa para referirse a alguien que habla mucho.

4- Está en talla: Se usa para referirse a algo o alguien que está bien o dice algo cierto.

5- Sirvió o boláo: Se usa para expresar “está bien, vamos a hacerlo”.

6-Más rollo que película: Se usa para referirse a alguien que aparenta más de lo que realmente es.

7- Coger un diez: Se usa para referirse a descansar un momento.

8- Tú no me calculas: Se usa para referirse a “tú no me conoces”.

9-Terminó como la fiesta del Guatao: Se usa para referirse a algo que terminó de manera desastrosa.

10-No coger lucha: Se usa para referirse a no preocuparse por nada.

11- Estar detrás del palo: Se usa para referirse a alguien que no sabe las últimas noticias.

12- Quitarse la chancleta: Hacer uso de lo más vulgar para hacerle frente al oponente. “¡Ay, si yo me quito la chancleta, él va a saber lo que Cuba lleva dentro!”.

13- Caerse para arriba: Misteriosa suerte que corren ciertos jefes y funcionarios al ser ascendidos a mejores puestos como sanción pública ante su reconocido mal trabajo. “Ah, ¿porque con todo ahora subió a gerente general? ¡Verdad que aquí la gente se cae pa´arriba!”

14- Ser una vaca sagrada: Se dice de las personalidades reconocidas públicamente que alcanzan un status que les otorga privilegios justificados por su nombre. “Ya no da mucho de sí, pero no importa, ahí está en primera fila, con el resto de las vacas sagradas”.

15- Pasar la mano: Cuando reaccionamos ante algo que creemos mal hecho. “Tú sabes que lo que digo es verdad, ¡ya deja de pasarme la mano que no me pienso callar! Cuando deciden no regañarnos más por algo que hicimos mal. “El pobre, me dio tanta lástima que al final terminé pasándole la mano”.

16- Echar pa´ alante: Seguir camino a pesar de las dificultades. “Imagínate, qué voy a hacer, hay que echar pa´ alante”. Denunciar algo que ha hecho alguno. “Nunca pensé que tú, precisamente tú, me fueras a echar pa´ alante”.

17- Ser hijo de mamá y papá: Se dice de hijos de jefes, funcionarios y personas públicas, porque los beneficios de que gozan son heredados. “¿Y ese qué hace en la televisión con lo mal que lo hace?, di tú, seguro es hijo de mamá y papá”.

18- Caer en eso: Hacer algo que se sale de nuestras normas morales. “No lo voy a echar pa´ alante, yo no caigo en eso”. “Déjala que grite, no te rebajes a su nivel, no caigas en eso”.

19- Meter la cuchareta: Entrometerse en algún asunto o conversación. “Esa vecina chismosa siempre está en lo mismo, ¡en todo mete la cuchareta!”.

20- Clavar ´el paquete de café´ (se puede clavar la propina, el pomo de aceite, una botella de ron): Cuando escondemos algo valioso, que en principio no es nuestro, solo para uso propio: “¿Qué, celebramos?, ¡en la actividad de ayer clavé una Havana Club etiqueta azul!”

21- Ser un cara dura: Cuando se le reconoce a alguien el hacer o decir cosas de manera desfachatada, sin medir consecuencias y mucho menos sentir vergüenza. ¡Pero si te acabo de ver vendiendo tu merienda en la esquina!, ¿cómo puedes ser tan cara dura de venir a pedirme otra?

22- Bonus (De un tiempo a esta parte, sobre todo entre los más jóvenes) ¿Te cogió el alemán? Quiere decir: “¿Tienes alzheimer?”.

Agencies/ Wiki/ CubaExpressionsHist./ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona.

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– RITA MONTANER, “LA UNICA”, LA SORPRENDENTE HISTORIA DE UNA DE LAS MEJORES ARTISTAS NACIDA EN CUBA. VIDEO/ PHOTOS.* RITA MONTANER, “La Unica”, the surprising Story of one of the Best Artists born in Cuba. VIDEO/ PHOTOS.

RITA MONTANER, “LA UNICA”, LA SORPRENDENTE HISTORIA DE UNA DE LAS MEJORES ARTISTAS NACIDA EN CUBA. VIDEO/ PHOTOS.

En lo que hoy puede considerarse el primer gran boom internacional de la música popular cubana, Rita Montaner tuvo un papel destacadísimo, como lo tuvieron, entre otros, los compositores Moisés Simons y Eliseo Grenet y el malogrado cantante Fernando Collazo.

Impusieron el son en Montmartre y en el Barrio Latino, de París, y abrieron las puertas a la rumba y al jazz cubano, y, por tanto, los universalizaron. “No puede negarse la influencia decisiva que tuvo, el año pasado, la actuación de Rita Montaner en esta invasión de aires tropicales. Rita Montaner en los dominios de lo afrocubano resulta insuperable”, escribía Carpentier en una crónica fechada en París, en 1929. Mamá Inés, interpretado por la cubana, estallaba cada noche en los feudos de Raquel Meller con una elocuencia que convencía a los más tibios.

Precisaba el autor de El siglo de las luces: “El público pide Mamá Inés, y los ingleses y franceses lo bailan o hacen esfuerzos por bailarlo. La movilidad y el dinamismo de esa música vencen todos los escrúpulos. Muchachas oxigenadas, que nunca salieron de París, cobran ínfulas tropicales y exigen el bis a gritos. Los archiduques rusos pierden sus monóculos. Los yankys gritan ‘¡Oh, wonderful!’. Las pálidas hijas de Albión olvidan por un instante sus poses prerrafaelistas al enterarse del sortilegio sonoro que viene de las Antillas… Nuestras batas gráciles suben al escenario del music hall. Los franceses empiezan a tener una vaga noción de nuestra situación geográfica, y se enteran de que La Habana produce algo más que falsos [tabacos] Coronas a dos francos”.

RITA LA UNICA


Rita fue única. Tanto en París como en Nueva York, en México o en Buenos Aires, puso muy alto “el corazón prieto y apretado de la Isla”. Le llamaron Rita de Cuba y ya en 1942 hacía rato que era conocida por el calificativo de La Única. Rita de Cuba, Rita la Única… “No hay tan adecuado modo de llamarla, si ello se quiere hacer con justicia, escribía Nicolás Guillén. De Cuba, porque su arte expresa hasta el hondón humano lo verdaderamente nuestro. La Única, pues solo ella, y nadie más, ha hecho del ‘solar’ habanero, de la calle cubana, una categoría universal”.

En sus actuaciones buscaba la naturalidad hasta encontrar la naturalidad misma. Su espontaneidad era fruto de un largo y paciente trabajo. Para cantar El manisero, uno de sus grandes éxitos, hizo un boceto a mano, estudió las inflexiones de la voz, dónde la voz debía ser suave y dónde, rajada y buscó en qué parte el vendedor quería enamorar a la caserita y en cuál, vender realmente su mercancía. Era genuina porque lo genuino le venía de raíz.

Sus admiradores recuerdan una noche de Rita en el Auditórium. En un palco cercano al escenario ocupan asientos el cardenal Manuel Arteaga y el Nuncio Apostólico en Cuba. El presentador anuncia el nombre de la artista y el lunetario cobra vida cuando la orquesta acomete los compases iniciales de El manisero. Sale ella de pronto. “Maniiií, maniiií, caserita no te acuestes a dormir…” y enfila hacia el palco de monseñor Arteaga, agita el cucurucho ante su cara y se lo pone casi en la boca. El purpurado aprieta los labios, se sonroja; el Nuncio lo mira y ambos se toman de las manos. Rita sigue agitando el cucurucho, ahora ante el rostro del representante del Papa. Les vuelve la espalda y, en cuclillas, mueve su generosa anatomía. La ovación es indescriptible. Los dos prelados también aplauden.

LA VERDAD DE RITA

Aquella artista que con su simpatía sabía meterse al público en el bolsillo, era sin embargo una mujer triste y solitaria. “Ser su amigo era una prueba de fuego en la amistad”, afirma alguien que gozó de su cercanía. Acogió en su casa a Roderico Neyra, el célebre Rodney, cuando le diagnosticaron la lepra, y fue capaz de deshacerse de sus dormilonas de brillantes para sacar del apuro al empresario del teatro Martí, amenazado por los músicos con dejarle la función a medias si no les pagaba.

Supo ser dúctil y respetuosa en la escena. Pero entre la gente de la farándula, Rita, deslenguada y mal geniosa, era tan admirada como temida. De su agresividad e ironía no se libraban siquiera aquellos que pasaban como sus amigos. En un mundo signado por una competencia atroz, defendió su lugar con uñas y dientes y fue implacable con los cronistas que le hacían críticas adversas; salía a discutirlos y los cubría con los peores epítetos. “Era tremenda cuando la acorralaban, saltaba a la yugular”, recordaba Félix B. Caignet, el autor de Frutas del Caney, Carabalí y Te odio, de las que Rita hizo verdaderas creaciones.

Rita Montaner murió en La Habana,  Cuba, el 17 de abril de 1958.

FILMOGRAFÍA
Estas son las películas en las que Rita apareció como actriz o cantante-pianista o ambas.

1934 La noche del pecado como Rita Montaner y su Conjunto Tropical. (Mexicano).
1938 Sucedió en La Habana
1938 El romance del palmar
1947 María la O (coproducción Cuba / México)
1948 Los angelitos negros (mexicano)
1950 Ritmos del Caribe (mexicano)
1950 Pobre corazón
1950 Anacleto se divorcia
1951 Víctimas del Pecado (mexicano)
1951 Al son del mambo (mexicano)
1951 Negro es mi color (mexicano)
1952 La renegada
1952 El único (1952)
1954 Píntame angelitos blanco
1980 Rita. Dirección: Oscar Valdés, 19 minutos. Biografía del cortometraje de Rita Montaner.


RITA MONTANER, “THE ONLY ONE”, THE SURPRISING STORY OF ONE OF THE BEST ARTISTS BORN IN CUBA. VIDEO/ PHOTOS.

In what can be considered today the first great international boom of Cuban popular music, Rita Montaner played a very prominent role, as did, among others, the composers Moisés Simons and Eliseo Grenet and the ill-fated singer Fernando Collazo.

They imposed the son in Montmartre and in the Latin Quarter of Paris, and opened the doors to rumba and Cuban jazz, and, therefore, made them universal. “The decisive influence that Rita Montaner’s performance had last year in this invasion of tropical airs cannot be denied. “Rita Montaner is unsurpassed in the domains of Afro-Cuban music,” wrote Carpentier in a chronicle dated in Paris in 1929. Mamá Inés, interpreted by the Cuban, exploded every night in Raquel Meller’s fiefdoms with an eloquence that convinced even the most lukewarm.

The author of The Century of Enlightenment specified: “The public asks for Mamá Inés, and the English and French dance it or make efforts to dance it. The mobility and dynamism of this music overcome all scruples. Oxygenated girls, who never left Paris, take on tropical airs and demand the encore by shouting. The Russian archdukes lose their monocles. The Yankees shout ‘Oh, wonderful! ’” The pale daughters of Albion forget for a moment their pre-Raphaelite poses when they learn of the sonorous spell that comes from the Antilles… Our graceful robes climb onto the stage of the music hall. The French begin to have a vague notion of our geographical situation, and they learn that Havana produces something more than false Coronas [cigarettes] at two francs.”

RITA THE ONLY ONE

Rita was unique. In Paris as in New York, in Mexico or in Buenos Aires, she made “the tight and tight heart of the Island” very high. They called her Rita de Cuba and already in 1942 she had been known for some time by the epithet of The Only One. Rita de Cuba, Rita the Only One… “There is no more adequate way to call her, if it is to be done with justice,” wrote Nicolás Guillén. From Cuba, because her art expresses to the human depths what is truly ours. The only one, because only she, and no one else, has made the Havana “solar”, the Cuban street, a universal category.”

In her performances she sought naturalness until she found naturalness itself. Her spontaneity was the fruit of long and patient work. To sing El manisero, one of her great hits, she made a sketch by hand, studied the inflections of the voice, where the voice should be soft and where, cracked, and looked for where the seller wanted to woo the housewife and where, to really sell his merchandise. She was genuine because genuineness came from her roots.

Her admirers remember a night of Rita at the Auditorium. In a box near the stage, Cardinal Manuel Arteaga and the Apostolic Nuncio in Cuba sit. The presenter announces the artist’s name and the orchestra comes to life when the orchestra plays the opening bars of El manisero. She suddenly leaves. “Maniiií, maniiií, little girl, don’t go to sleep…” and she heads towards Monsignor Arteaga’s box, waves the cone in front of his face and puts it almost in her mouth. The cardinal purses his lips, blushes; the Nuncio looks at him and they both hold hands. Rita continues to wave the cone, now in front of the face of the Pope’s representative. She turns her back on them and, squatting, moves her generous anatomy. The ovation is indescribable. The two prelates also applaud.

THE TRUTH ABOUT RITA

That artist who knew how to win over the public with her charm, was nevertheless a sad and lonely woman. “Being her friend was a test of friendship,” says someone who enjoyed her closeness. She welcomed Roderico Neyra, the famous Rodney, into her home when he was diagnosed with leprosy, and was able to get rid of her diamond-studded sleepers to get the Martí theatre impresario out of trouble, when the musicians threatened to leave the show unfinished if he didn’t pay them.

She knew how to be flexible and respectful on stage. But among the people of the showbiz, Rita, foul-mouthed and bad-tempered, was as admired as she was feared. Even those who passed as her friends were not spared from her aggressiveness and irony. In a world marked by atrocious competition, she defended her place tooth and nail and was implacable with the journalists who made adverse criticisms of her; she went out to argue with them and covered them with the worst epithets. “She was tremendous when they cornered her, she jumped for the jugular,” recalled Félix B. Caignet, the author of Frutas del Caney, Carabalí and Te odio, of which Rita made true creations.

Rita Montaner died in La Habana,  Cuba, on April 17, 1958.

Agencies/ Wiki/ Lecturas/ CiroBianchi RitaMontanerBio. / Extractos/ Excerpts/ Youtube/ Arnoldo Varona.



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