
LA GUAYABERA, LA MAGNIFICA Y UNICA PRENDA DE VESTIR NETAMENTE CUBANA. PHOTOS.
La guayabera cubana es una prenda de vestir tradicional caribeña, un tipo de camisa de manga larga o corta con cuatro bolsillos frontales y dos columnas de pliegues o alforzas, que se usa desabrochada, llevada por encima del pantalón. Es una prenda icónica de la cultura cubana y latinoamericana, hecha comúnmente de lino o algodón, y valorada por su comodidad y elegancia.
HISTORIA DE LA GUAYABERA
La guayabera hizo un largo camino desde los campos de Cuba hasta conquistar las más altas esferas de la sociedad habanera e instalarse en el palacio presidencial. En el camino dejó muchas dudas y controversias, pero ha sido la única prenda de vestir reconocida como auténticamente cubana, traspasando fronteras y géneros.
Resulta curioso cómo en una sociedad siempre identificada por coqueta e interesada en el buen vestir, donde la creatividad y el talento han dado frutos en todas las artes, la costura no haya dejado una huella significativa ni un ajuar de raíces nacionales. Por otra parte, los tres grupos culturales que pudieron contribuir a esta empresa no lo hicieron. Nuestros aborígenes, a diferencia de otros pueblos americanos, no tenían tradición vestimentaria ni conocimientos de técnicas de tejido y procesamiento de fibras, pieles y lanas que pudieran dejar en herencia para perpetuar una manera de hacer local. Los africanos sí las tenían, pero no les fue permitido desarrollarlas.
Como esclavos en las plantaciones, estaban obligados a vestir el sencillo conjunto que, con suerte, recibían dos veces al año. Para los hombres era un calzón y una camisa, y para las mujeres una saya y blusa o una túnica, por lo general de telas blancas muy resistentes como la coleta, el listado, el cotín y la nanka o “de Rusia”. También se les daba un pañuelo para que ocultaran su pelo, por higiene y por discriminación racial. Según la diseñadora Diana Fernández, “a través de los collares y de las formas variadas de colocar el pañuelo —entregado como parte de la esquifación—, el africano trató de liberar toda la habilidad artesanal propia de su tradición y, conjuntamente con los tatuajes, dientes limados y otras marcas tribales, escapar de la uniformidad impuesta como medio para borrar todo su mundo cultural”.
Algunos esclavos domésticos y más tarde libertos, vestían ropas usadas o realizadas según la moda europea, asumida por los españoles y criollos. Por tanto, de España tampoco provino ninguna técnica vestimentaria o manera de hacer textiles que motivara un traje propio. ¿Qué ropa vestía entonces la sociedad cubana?
En las ciudades, por regla general, seguían la moda occidental dictada por Francia e Inglaterra, con variaciones en el uso de complementos, la calidad de los tejidos y la manufactura, en dependencia de la clase social. Desde el siglo XIX para el hombre se instaló el traje burgués, compuesto de pantalones largos, camisa, chaleco, chaqueta, corbata y sombrero. La chaqueta variaba entre levita o chaqué para el diario y frac para eventos formales. En el XX se incorporó el saco, conocido también como americana. Inicialmente era una pieza informal que luego se regularizó.
EL CALOR CUBANO
El uso estricto de la moda europea hasta mediados del siglo XX, hizo pasar bastante calor al hombre cubano, pues debía portar la misma cantidad de piezas, pero en un contexto climático diferente. Los de clase media y baja, seguían el mismo código, pero por falta de recursos suprimían el chaleco o la chaqueta.
Los campesinos, aislados de las modas internacionales y regidos por el trabajo rural, vestían conjuntos más simples: pantalón largo con cinturón o tirantes, camisas amplias de mangas largas usadas por dentro y por fuera, pañuelos anudados al cuello para el sudor y sombreros de guano de ala amplia. Por regla general, la ropa se confeccionaba en casa. Era la mujer cubana quien replicaba los modelos y vestía a la familia, y fue ella quien incorporó a la camisa campesina, la misma que desde la Antigüedad había vestido media humanidad, las decoraciones y accesorios que la convirtieron en guayabera.
A pesar de las leyendas que remontan sus orígenes al siglo XIX en Sancti Spíritus, una de las más importantes estudiosas del vestir en Cuba, María Elena Molinet, afirmó que “entre los muchísimos documentos que he revisado durante años, nunca he encontrado una camisa guajira que presentara la estructura de la emblemática y criolla guayabera, y me he sumergido en esa selva informacional espesa tratando de desbrozar caminos, sin poder encontrar aún el comienzo de nuestra hermosa prenda cubana”.
Lo que sí certifica la diseñadora es que, finalizando el XIX, la universal camisa “fue evolucionando a medida que cada mujer la enriquecía con algún elemento decorativo: bastillitas, botoncitos, etc. y todo en dependencia de la economía del que se la pusiera”. De este modo, se llegó a la forma que identifica esta prenda de lino puro, preferiblemente blanca, con cuatro bolsillos y dos hileras de alforzas al frente, y otras tres en la espalda rematadas por botones en el faldón, de uso estricto por fuera del pantalón y con aberturas laterales para facilitar originalmente la monta y el acceso al machete que colgaba del cinto.
Esta prenda campesina así decorada, se utilizaba en fiestas, por lo que no era una ropa de trabajo. Esto le llevó a trascender al espacio urbano, poniéndose de moda en todo el país. Era la primera vez que se rompía con la usanza europea en el ropero cubano y se aligeraba el vestido. Esto sucedió fundamentalmente en la década de 1930, cuando la vestimenta masculina comenzó a buscar mayor confort y adoptó el traje blanco de dril almidonado con sombrero de pajilla. La guayabera, aún más fresca y ligera, ofrecía mejor movilidad e incorporaba el gusto por las decoraciones de elaboración artesanal. Fue asumida incluso por la alta sociedad cubana y los políticos que, para hacerla más formal, la llevaban con pajarita. En la década de 1940 se expandió por el Caribe, y se popularizó en la Florida como chaqueta deportiva sobre un pullover.

SU ORIGEN POPULAR
Su origen popular y el gran cambio que estableció respecto a la tradición vestimentaria, fueron motivo de críticas y censuras. El presidente Carlos Prío firmó incluso un decreto en 1950 para prohibirla en actos oficiales de Palacio, pues les restaba dignidad. Esta crítica publicada en 1940 en la revista Carteles, puede dar una medida de su extendido uso y estado de opinión de una parte de la sociedad:
“En nuestra Habana el buen gusto es cada día más raro […] lo único que no llama la atención es la guayabera, prenda que el habanero quiere llevar a todas partes. El síntoma es grave, porque no se trata del elevado costo de la ropa, ya que conocemos a hombres de fortuna que tienen ropa de sobra para vestirse con tres trajes distintos al día, pero que prefieren la guayabera, por indolencia. Uno de estos hombres tiene en su ropero nada menos que cuarenta guayaberas. Hace pocos años le encantaba vestirse bien. Ahora nos dice que no le importa vestir traje con cuello y corbata porque en todas partes, inclusive en los night clubs, la guayabera parece ser el uniforme masculino. Sin saber que él con su abulia está contribuyendo a hacer de nuestra Habana una inmensa valla de gallos […]”.
La guayabera se instaló por muchos años más en el armario cubano, popularmente reconocida como prenda nacional. Se ha confeccionado de mangas cortas y en todos los colores. La mujer también la ha vestido como camisero. Hoy se cotiza a precios altos y no es tan habitual. No obstante, en Sancti Spíritus tiene una casa-museo y en septiembre de 2010 se estableció como prenda oficial para eventos diplomáticos del Estado.
Ese mismo año el músico y activista cubano Osmel Francis desarrolló en sus conciertos el proyecto “Guayaberas de un cubano ecologista”, donde la prenda, convertida en lienzo de artistas contemporáneos, se empleaba como vehículo de sensibilización sobre el medio ambiente. Siempre renovada y moderna, la guayabera parece imperecedera, aunque ya no forme parte del vestir cotidiano.

THE GUAYABERA, THE MAGNIFICENT AND UNIQUE CLEARLY CUBAN CLOTHING. PHOTOS.
The Cuban guayabera is a traditional Caribbean garment, a long- or short-sleeved shirt with four front pockets and two columns of pleats or tucks, worn unbuttoned and over pants. It is an iconic garment of Cuban and Latin American culture, commonly made of linen or cotton, and valued for its comfort and elegance.
HISTORY OF THE GUAYABERA
The guayabera made a long journey from the Cuban countryside to conquer the highest echelons of Havana society and settle in the presidential palace. Along the way, it raised many doubts and controversies, but it has been the only garment recognized as authentically Cuban, transcending borders and genres.
It’s curious how, in a society always identified as coquettish and interested in good clothing, where creativity and talent have borne fruit in all the arts, sewing has not left a significant mark or a trousseau of national roots. Moreover, the three cultural groups that could have contributed to this endeavor did not. Our Aboriginal peoples, unlike other American peoples, had no clothing tradition or knowledge of weaving and processing techniques for fibers, hides, and wool that they could have passed on to perpetuate a local way of doing things. Africans did, but were not allowed to develop them.
As slaves on the plantations, they were forced to wear the simple outfit they received, if they were lucky, twice a year. For men, it was a pair of breeches and a shirt, and for women, a skirt and blouse or a tunic, usually made of very durable white fabrics such as coleta, rayado, cotín, and nanka, or “Russian.” They were also given a scarf to hide their hair, for hygiene and due to racial discrimination. According to designer Diana Fernández, “through necklaces and the varied ways of wearing the scarf—given as part of the esquifación—Africans sought to unleash all the artisanal skill inherent to their tradition and, together with tattoos, filed teeth, and other tribal markings, escape the uniformity imposed as a means of erasing their entire cultural world.”
Some domestic slaves, and later freedmen, wore clothes that were hand-me-downs or made according to European fashions adopted by the Spanish and Creoles. Therefore, no clothing technique or method of making textiles originated from Spain that would have inspired a distinctive attire. What clothes did Cuban society wear then?
In the cities, as a general rule, they followed Western fashions dictated by France and England, with variations in the use of accessories, the quality of the fabrics, and workmanship, depending on social class. From the 19th century onward, the bourgeois suit, consisting of long pants, a shirt, a vest, a jacket, a tie, and a hat, became the norm for men. Jackets ranged from a frock coat or morning coat for everyday wear to a tailcoat for formal events. In the 20th century, the blazer, also known as a sport coat, was introduced. Initially an informal piece of clothing, it later became more common.

Agencies/ DDC/ Yaneli Leal/ Wiki/ LaGuayaberaCubanaHist./ Internet Photos/ www.TheCubanHistory.com/ Arnoldo Varona.
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.
