History of CubaVENEZUELA HOY: CARTAS ECHADAS, MADURO OFRECE A TRUMP NEGOCIAR TODO MENOS SU SALIDA DEL PODER. PHOTOS. * VENEZUELA TODAY: THE CARDS HAVE BEEN DEALTED. MADURO OFFERS TRUMP TO NEGOTIATE EVERYTHING BUT HIS DEPARTURE FROM POWER. PHOTOS.

VENEZUELA HOY: CARTAS ECHADAS, MADURO OFRECE A TRUMP NEGOCIAR TODO MENOS SU SALIDA DEL PODER. PHOTOS.

Maduro ofreció a Trump dejar de enviarle petróleo a China, distanciarse de Rusia e Irán y otorgarle una posición privilegiada a EEUU en petróleo, gas y minería.

CARTAS ECHADAS POR EL CHAVISMO

A dos meses de haberse iniciado el clima que observadores han definido de “pre-bélico”, con un inusitado despliegue naval, militar y aéreo de EEUU en el sur del Caribe, las cartas parecen estar echadas para el chavismo. Nicolás Maduro y sus colaboradores más estrechos están dispuestos a entregar todo en materia económica, pero se niegan rotundamente a dejar el poder.

Dos reportajes propios de dos medios reconocidos internacionalmente, The New York Times y El País, han terminado por poner las cartas sobre la mesa, citando a fuentes de los círculos del poder en Washington y Caracas. Maduro hasta le ofreció a Donald Trump dejar de enviar petróleo a China y distanciarse de Rusia e Irán, al tiempo que ofreció, según el periódico estadounidense, una posición privilegiada a empresas de EEUU en petróleo, gas y minería. La única condición puesta por Caracas fue mantener el actual estatus quo en Venezuela.

La Casa Blanca se negó a llevar una negociación en estos términos, y tal como reseñó DIARIO DE CUBA cortó la comunicación diplomática con el chavismo que llevaba adelante el enviado especial de Trump para Venezuela, Richard Grenell.

Las tensiones generadas tras el despliegue naval y militar que comenzó hace dos meses con órdenes directas de la Casa Blanca, en una política que parece tener a Marco Rubio como figura predominante, podrían llevar —según observadores— a un chavismo acorralado pero no doblegado, tal como se esperaba en las primeras de cambio.

Después de dos meses no han ocurrido deserciones significativas en el seno de las Fuerzas Armadas de Venezuela ni se ha erosionado una forzada unidad en la cúpula chavista, donde históricamente figuras como Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, ha estado distanciado del número dos del régimen, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, y este a su vez no parece tener canales de diálogo con el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. Pese a esas diferencias, esa cúpula y sus factores subalternos se han mantenidos unidos, tras dos meses de presión estadounidense.

Fuentes cercanas a la Casa Blanca revelaron, según The New York Times, que Maduro ha propuesto destinar la vasta riqueza petrolera y mineral de Venezuela a empresas estadounidenses, redirigir exportaciones y desmantelar alianzas con rivales geopolíticos de Washington, todo a cambio de un respiro en las sanciones y la amenaza militar.

Sin embargo, cualquier insinuación de una transición que lo desaloje del cargo es descartada de plano, como apunta El País, con fuentes dentro del Palacio de Miraflores, consolidando un chavismo que prioriza la perpetuación del líder sobre el bienestar de un pueblo exhausto por más de dos décadas de autoritarismo y una crisis económica crónica pese a las inmensas reservas petroleras de Venezuela.

Tal posición intransigente por parte de Maduro y el círculo que le rodea es cónsona con la decisión que tomaron el 28 de julio del año pasado, cuando el mandatario y las instituciones no pudieron mostrar pruebas de que este había sido reelecto para el período 2025-2031, y además desataron una feroz represión contra ciudadanos que salieron a manifestarse en las calles y una suerte de cacería selectiva contra los activistas electorales que trabajaron en distintos niveles con María Corina Machado, la líder opositora que acaba de ser galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

Tal como ha señalado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en un documentado informe posterior, Maduro terminó autoproclamado vencedor con resultados opacos que ignoraron actas electorales que favorecían abrumadoramente a la oposición, y luego optó por la represión en lugar del diálogo genuino.

Maduro está dispuesto a negociar preferencias para el capital estadounidense en Venezuela si a cambio se le deja tranquilo en el poder. Las negociaciones con EEUU se extendieron durante varios meses hasta su ruptura abrupta a principios de octubre. Según The New York Times, el mandatario ofreció abrir “todos los proyectos petrolíferos y auríferos existentes y futuros a empresas estadounidenses”, concediendo contratos preferenciales.

DETALLES DE LA PROPUESTA DE MADURO

Esta propuesta, discutida entre altos funcionarios venezolanos y un emisario estadounidense de alto rango, incluía la reducción drástica de acuerdos energéticos y mineros con China, Irán y Rusia, quienes como aliados han sostenido al chavismo con préstamos y suministros militares en medio de sanciones de EEUU, Canadá y Unión Europea.

Con reservas probadas de 300.000 millones de barriles, Maduro estaba dispuesto a hipotecar a Venezuela “al imperialismo”, como fustiga el discurso chavista, para apaciguar a Trump, quien ha calificado al Gobierno de Maduro como un “cartel narcoterrorista”.

Paradójicamente, Maduro dice que quienes quieren entregar la riqueza petrolera al imperialismo, son María Corina Machado y el exdiplomático Edmundo González Urrutia, presidente electo según la evaluación hecha por el Centro Carter de las elecciones del año pasado. Pero es el chavismo el que está dispuesto a dar preferencias amplias al capital norteamericano y alejarse de sus actuales aliados, con tal de permanecer en el poder.

A la oferta de Maduro, la Casa Blanca de Trump no solo optó por cortar el canal diplomático, sino que el propio presidente estadounidense anunció la ejecución de una segunda fase, tras la serie de embarcaciones atacadas por EEUU que irían cargadas de drogas y que habrían partido de Venezuela.

Esta decisión, según el análisis de BBC, refleja no solo el escepticismo de Washington ante las promesas de Maduro, históricamente incumplidas, como en los diálogos de México de 2021 o Barbados de 2023, sino también simboliza un nuevo enfoque, una apuesta por presionar al régimen hasta forzar una transición.

“Maduro ya lo decidió, no se va a ir. Ahora le toca mover ficha a Trump”, afirman fuentes citadas por El País este 12 de octubre, destacando un “instinto de supervivencia” forjado en seis años de colapso económico, con un PIB reducido en un 80% y sanciones que han estrangulado el financiamiento petrolero.

En el alto gobierno venezolano calculan que Trump no se atreverá a una invasión terrestre a gran escala. Existe sí el temor a ataques contra infraestructura o edificios o eventuales asesinatos selectivos, tal como reseñó DIARIO DE CUBA.

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PREMIO NOBEL DE LA PAZ

Entretanto, observadores creen que el Premio Nobel de la Paz 2025 otorgado a María Corina Machado simboliza un rayo inesperado de legitimidad moral para la oposición, alterando la dinámica interna y externa de Venezuela de manera profunda. Anunciado el 10 de octubre en Oslo, el Comité Noruego reconoció a Machado “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.

La líder opositora, inhabilitada arbitrariamente para las elecciones de 2024 y obligada a la clandestinidad desde julio pasado, encarna la resistencia pacífica contra un régimen que el Comité Noruego describió como “autoritario y brutal”. El impacto de este galardón trasciende lo simbólico, inyectando oxígeno a una oposición fragmentada y debilitando la narrativa chavista de Machado como “golpista”.


La académica venezolana Carmen Beatriz Fernández, profesora de la Universidad de Navarra, enfatiza el poder simbólico del premio en un momento de debilidad chavista: “Es un activo potentísimo para Machado, precisamente cuando Maduro está disminuido; minimiza geopolíticamente al líder chavista desde la narrativa moral”.

La concesión del Nobel a Machado no resuelve la encrucijada venezolana, sostiene el diario Clarín desde Buenos Aires, pero ilumina la gravedad de la crisis, el callejón sin salida en el que parecen estar los venezolanos. Mientras Maduro busca atrincherarse en el poder, incluso entregando las reservas petroleras, el premio eleva la voz de Machado, quien ha encabezado una gesta democrática.




VENEZUELA TODAY: THE CARDS HAVE BEEN DEALTED. MADURO OFFERS TRUMP TO NEGOTIATE EVERYTHING BUT HIS DEPARTURE FROM POWER. PHOTOS.

Maduro offered Trump to stop sending oil to China, distance himself from Russia and Iran, and grant the US a privileged position in oil, gas, and mining.

CARDS DEALTED BY CHAVISMO

Two months into the climate that observers have described as “pre-war,” with an unprecedented US naval, military, and air deployment in the southern Caribbean, the cards appear to have been dealt for Chavismo. Nicolás Maduro and his closest collaborators are willing to give up everything in economic matters, but they flatly refuse to relinquish power.

Two reports from two internationally recognized media outlets, The New York Times and El País, have finally laid the cards on the table, citing sources from power circles in Washington and Caracas. Maduro even offered Donald Trump to stop sending oil to China and distance himself from Russia and Iran, while offering, according to the American newspaper, a privileged position to US oil, gas, and mining companies. The only condition Caracas imposed was maintaining the current status quo in Venezuela.

The White House refused to conduct negotiations on these terms, and as DIARIO DE CUBA reported, it cut off diplomatic communications with the Chavistas, led by Trump’s special envoy for Venezuela, Richard Grenell.

The tensions generated after the naval and military deployment that began two months ago under direct orders from the White House, in a policy that appears to have Marco Rubio as the predominant figure, could lead—according to observers—to a cornered but not subdued Chavistas, as was expected from the outset.

After two months, there have been no significant defections within the Venezuelan Armed Forces, nor has the forced unity of the Chavista leadership eroded. Figures such as Jorge Rodríguez, president of the National Assembly, have historically been estranged from the regime’s deputy, Interior Minister Diosdado Cabello, who, in turn, appears to have no channels of dialogue with Defense Minister Vladimir Padrino López. Despite these differences, the leadership and its subordinates have remained united, following two months of US pressure.

Sources close to the White House revealed, according to The New York Times, that Maduro has proposed allocating Venezuela’s vast oil and mineral wealth to US companies, redirecting exports, and dismantling alliances with Washington’s geopolitical rivals, all in exchange for a respite from sanctions and military threats.

However, any suggestion of a transition that would remove him from office is flatly dismissed, as El País reports, citing sources within the Miraflores Palace. This consolidates a Chavismo that prioritizes the leader’s perpetuation over the well-being of a people exhausted by more than two decades of authoritarianism and a chronic economic crisis despite Venezuela’s immense oil reserves.

Such an intransigent position on the part of Maduro and his entourage is consistent with the decision they made on July 28 of last year, when the president and the institutions failed to provide evidence that he had been reelected for the 2025-2031 term. They also unleashed fierce repression against citizens who took to the streets to demonstrate, along with a sort of selective hunt against electoral activists who worked at various levels with María Corina Machado, the opposition leader who has just been awarded the Nobel Peace Prize.

As the Inter-American Commission on Human Rights noted in a subsequent, well-documented report, Maduro ultimately declared himself the winner with opaque results that ignored electoral records overwhelmingly favoring the opposition, and then opted for repression over genuine dialogue.

Maduro is willing to negotiate preferences for US capital in Venezuela if, in return, he remains in power. Negotiations with the US dragged on for several months until they abruptly broke down in early October. According to The New York Times, the president offered to open “all existing and future oil and gold projects to US companies,” granting preferential contracts.

Agencies/ DDC/ CubayVenezuelaHoy/ Salvador Bracho,
Caracas / Internet Photos/ www.TheCubanHistory.com/ Arnoldo Varona.
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.

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