PERSONAJES CUBANOS: .. “A LLORAR A ‘PAPA MONTERO’, CANALLA Y RUMBERO”. PHOTOS. * CUBAN CHARACTERS: “PAPA MONTERO.” LET’S MOURN PAPA MONTERO, SCOUNDREL AND RUMBERO. PHOTOS.


El Personaje “Papa Montero” ha provocado acalorados debates entre historiadores y narradores, hijos irritantes de mitos, realidades y delirios.

Fue Papá Montero ficción o realidad? Yo, no lo sé. El caso es que alrededor del legendario personaje cubano hay mucha reticente bruma y broma, no obstante dice un viejo cuento o leyenda que en el marino poblado de Isabela de Sagua vivió un negro, quien nunca, aún con su cabeza blanca en canas, abandonó la alegría de vivir. Le decían Papá Montero y algo más…Canalla rumbero.

Bueno, eso…de que Papá Montero fue un canalla rumbero se dice que tiene mucho de verdad, pues gustaba de bailar la rumba cubana con hermosas y lindas mulatas, que lo acompañaban a todas partes en sus correrías de rumbero, porque siempre andaba de fiestas en cualquier barullo que se armara.

De color negro como el betún, cuando bailaba sudaba la gota gorda y le brillaba la piel. Su ropa y dientes impecablemente blancos, sombrero de Jipi Japa y zapatos de dos tonos de brillantes sin igual. Al rumbear reía a carcajadas, disfrutando hasta el cansancio.

Se dice que Papá Montero gozó más que gozón y miren que gozón… ya ustedes saben, pero un día se murió como todo el mundo, pero con una sonrisa.

Aquel canalla rumbero antes de estirar la pata y rendir cuentas a Dios pidió que en su funeral hubiera mucha alegría, música y sobre todo toque de tambores en vez de lágrimas.

Sus dientes eran impecablemente blancos, llevaba sombrero Panamá, guayabera, vaqueros plisados ​​y brillantes zapatos bicolor.

A este hombre le gusta bailar rumba acompañado de hermosas mulatas y siempre está presente en fiestas y festejos donde encuentra amantes, tragos y peleas callejeras. Compite con otro fiestero: José Rosario Oviedo, alias Malanga. Este hombre es el mejor bailarín de Rumba Colombia. Papá fue apuñalado hasta la muerte en los carnavales y murió sonriendo. Su funeral se convirtió en una fiesta con tambores, trompetas, guitarras y cantantes que comenzaron a improvisar.

A pesar de este ambiente de jolgorio, algo extraño sucedió. Tras los elogios de uno de sus amigos, la viuda se acercó al ataúd de madera y, en medio de un silencio sepulcral, gritó:

¡Bastardo… fiestero!

Inmediatamente después, siguió un coro rítmico:

Al luto Papá Montero, bastardo… fiestero.

Y todos apoyen a la vieja negra que por fin pudo desahogarse.

Fue muy comentado en la época y del compositor Eliseo Grenet, medio hermano del fallecido según algunas malas lenguas.

El compositor, en la década de 1940, describió el suceso en una canción popular, que retrataba cómo los cubanos consideraban incluso la muerte como una broma:

“Señores, señores, los familiares del cadáver me han confiado
para que despida el duelo del que en vida fue Papá Montero.
A llorar a papá Montero, ¡zumba!, canalla, rumbero.
Que era un viejo muy zalamero, ¡zumba!, canalla, rumbero.
Pero llora… llora… llora… llora… llora la rumba, canalla, rumbero.
Muy cordial y muy zalamero, ¡zumba!, canalla, rumbero.
El guateque ya está en el cielo, ¡zumba!, canalla, rumbero.
Pero qué rico baila al compás del cuero, canalla, rumbero.
Toda la gente en el barrio llora… y llora la rumba.
Todo el mundo lo quería, querían a Papá Montero (…).”

Baste decir que esta letra ha desencadenado innumerables versiones musicales como la del Trío Matamoros, la del Tata Pereira, la de Antonio María Romeu y la de María Teresa Vera. “Papa” fue la canción que levantó la carrera de Grenet, quien popularizó temas como La mora, Las perlas de tu boca, El tamalero, etc.

El pintor cubano Mario Carreño rinde homenaje al viejo disoluto de Sagua con el lienzo Los funerales de Papa Montero (1949). El poeta nacional Nicolás Guillén escribe su “Velorio de Papa Montero” en 1931.

Fragmento del poema Velorio de Papa Montero:

“..bebedor de trago largo,
garguero de hoja de lata
en mar de ron barco suelto.
Jinete de la cumbancha:
¿Qué vas a hacer con la noche?
si ya no podrás tomartela,
ni qué vena te dará
la sangre que te hace falta,
si se te fue por el caño
negro de la puñalada?
¡Ahora sí que te rompieron,
¡Papá Montero!…”

Octavio Cortázar recuerda su figura en La última rumba de Papa Montero, documental de ficción realizado en 1992, mientras que Enrique Pineda Barnet alude a su figura en La Bella del Alhambra.

Toda esta historia de rumbero y de la última voluntad del que en vida fue Papá Montero está recogida en el cancionero folclórico de los años 40, en una pieza del compositor cubano Eliseo Grenet, de quien se dice era su medio hermano.

A velar a Papá Montero dice la tonada y no sabemos si llegó o no al cielo. Pero lo que es a mí, me basta con saber que si no está allá arriba, al menos aquí abajo forma parte del tradicional cancionero cubano.

CUBAN CHARACTERS: “PAPA MONTERO.” LET’S MOURN PAPA MONTERO, SCOUNDREL AND RUMBERO. PHOTOS.

The character “Papa Montero” has sparked heated debates among historians and storytellers, irritating offspring of myths, realities, and delusions.

Was Papa Montero fiction or reality? I don’t know. The fact is that there is a lot of reticent mist and jokes surrounding the legendary Cuban character. However, an old tale or legend says that in the seaside town of Isabela de Sagua, there lived a black man who, even with his white hair tinged with gray, never abandoned the joy of life. They called him Papa Montero, and something else… a scoundrel and rumbero.

Well, that… the fact that Papá Montero was a scurrilous rumba dancer is said to have a lot of truth in it, as he enjoyed dancing the Cuban rumba with beautiful, pretty mulatto women, who accompanied him everywhere on his rumba adventures, because he was always at parties and whatever ruckus arose.

Black as shoe polish, he sweated profusely when he danced and his skin shone. His clothes and teeth were impeccably white, he wore a hippie hat and two-tone shoes with unparalleled sparkles. When he rumba danced, he laughed out loud, enjoying himself to the point of exhaustion.

It is said that Papá Montero enjoyed himself beyond measure, and look what a joy… you know what he did, but one day he died like everyone else, but with a smile.

That scurrilous rumba dancer, before kicking the bucket and giving an account to God, asked that there be much joy, music, and above all, drumming instead of tears at his funeral.

His teeth were impeccably white, he wore a Panama hat, a guayabera shirt, pleated jeans, and shiny two-tone shoes.

This man likes to dance rumba accompanied by beautiful mulatto women and is always present at parties and celebrations where he finds lovers, drinks, and street fights. He competes with another partygoer: José Rosario Oviedo, alias Malanga. This man is the best Rumba Colombia dancer. Papa was stabbed to death during Carnival and died smiling. His funeral turned into a party with drums, trumpets, guitars, and singers who began to improvise.

Despite this festive atmosphere, something strange happened. After the eulogy from one of his friends, the widow approached the wooden coffin and, amidst a deathly silence, shouted:

Bastard… partygoer!

Immediately after, a rhythmic chorus followed:

In mourning, Papá Montero, bastard… partygoer.

And everyone supports the old black woman who was finally able to vent.

It was widely discussed at the time, and by the composer Eliseo Grenet, the deceased’s half-brother, according to some gossip.

The composer, in the 1940s, described the event in a popular song, which portrayed how Cubans considered even death a joke:

“Gentlemen, gentlemen, the family of the deceased has entrusted me
to bid farewell to the mourners of the one who in life was Papá Montero.
To mourn for Papá Montero, buzz! Scoundrel, rumbero.
He was a very ingratiating old man, buzz! Scoundrel, rumbero.
But he cries… cries… cries… cries… cries the rumba, scoundrel, rumbero.
Very cordial and very ingratiating, buzz! Scoundrel, rumbero.
The party is already in heaven, buzz! Scoundrel, rumbero.
But how beautifully he dances to the beat of the leather, scoundrel, rumbero.
All the people in the neighborhood cry… and cry the rumba.
Everyone loved him, they loved Papá Montero (…)”

Suffice it to say that these lyrics have sparked countless musical versions, such as those by the Trío Matamoros, Tata Pereira, Antonio María Romeu, and María Teresa Vera. “Papa” was the song that launched Grenet’s career, and he popularized songs such as La mora, Las perlas de tu boca, El tamalero, and others.

Cuban painter Mario Carreño pays tribute to the dissolute old man from Sagua with the painting Los funeral de Papa Montero (The Funerals of Papa Montero) (1949). The national poet Nicolás Guillén wrote his “Velorio de Papa Montero” in 1931.

Excerpt from the poem Velorio de Papa Montero:

“…drinker of a long drink,
a tin-leaf gargler
in a sea of ​​rum, a loose ship.
Rider of the cumbancha:
What are you going to do with the night?
If you can no longer drink it,
nor what vein will give you
the blood you need,
if it went down the black pipe
of the stab?
Now they’ve really broken you,
Papa Montero!…”

Octavio Cortázar remembers him in La última rumba de Papa Montero, a fictional documentary made in 1992, while Enrique Pineda Barnet alludes to him in La Bella del Alhambra.

This whole story of the rumbero and the last will of the man who was Papá Montero in life is captured in the folk songbook of the 1940s, in a piece by Cuban composer Eliseo Grenet, who is said to have been his half-brother.

“A wake for Papá Montero” goes the tune, and we don’t know if he reached heaven or not. But for me, it’s enough to know that if he’s not up there, at least down here he’s part of the traditional Cuban songbook.

Agencies/ Wiki/ Cadenahabana/ Olivia Terry/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN hISTORY, HOLLYWOOD.

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