– EL CRISTO DE LA HABANA, CUBA: LA BENDECIDA IMAGEN QUE AUN NOS PROTEGE. PHOTOS. * THE CHRIST OF HAVANA, CUBA: THE BLESSED IMAGE THAT STILL PROTECTS US. PHOTOS.

EL CRISTO DE LA HABANA, CUBA: LA BENDECIDA IMAGEN QUE AUN NOS PROTEGE. PHOTOS.

Ya se cumplen sesenta y seis años, desde el 25 de diciembre de 1958 que la colosal escultura de El Cristo de La Habana que se erigió rotunda sobre la bahía de la capital cubana, abarcando con su mirada de veinte metros de altura el horizonte y el litoral habanero.

Surgida de las manos creadoras de la escultora cubana Jilma Madera en forma de Sagrado Corazón, la estatua hecha en mármol de Carrara arriba a sus seis décadas amparando la ciudad.

El monumento, la obra más emblemática de Madera, fue erguido en Casablanca, en el municipio de Regla, vecino a la colina de la añeja fortaleza de San Carlos de La Cabaña en vísperas del 25 de diciembre de 1958, apenas dos semanas antes del Triunfo de la Revolución Cubana.


Los excepcionales valores artísticos de la imagen, que reposa sobre una base de tres metros en la que se conoce que la artista Jilma Madera enterró diversos objetos propios de la época como periódicos y monedas, le valieron en el año 2017 el título de Monumento Nacional.

Con un gran arraigo popular y protagonismo en la identidad cultural de los habaneros, cuatro años antes un equipo de especialistas encargado de su reconstrucción recibió el Premio Nacional de Restauración 2013, por el intenso trabajo llevado a cabo para devolver a la pieza su belleza y esplendor de origen. Este ha sido uno de los más profundos procesos de restauración realizados a la imagen.

El Cristo de La Habana constituye la mayor escultura del mundo hecha en mármol blanco de Carrara por una mujer y está formada por 67 piezas extraídas de las canteras italianas; de donde mismo se sustrajo el material utilizado en los monumentos del Cementerio de Colón de La Habana.

Con un peso aproximado de unas 320 toneladas, las partes de la estatua fueron todas transportadas desde Roma, Italia, donde fue esculpida la imagen de mármol y bendecida por el entonces Papa Pío XII. Desde su montículo, a 51 metros sobre el nivel del mar, la escultura escruta cada rincón de la ciudad que se mueve a sus pies vertiginosa.

EL CRISTO DE CASABLANCA, LA HABANA

La imagen aparece de pie con una mano en alto, en actitud de bendecir, y la otra en el pecho mirando hacia la urbe. Con todo propósito, a la obra se le dejaron los ojos vacíos para que diera la impresión de mirar a todos desde cualquier lugar que fuese observado. Por su altura desafiante, desde allí se puede disfrutar de una de las más hermosas e imponentes vistas de La Habana.

La imagen del Cristo de Jilma Madera constituye una ruptura con la construcción común de otras deidades emplazadas en el planeta como el Cristo del Corcovado en Brasil; el de Lisboa en Portugal y el de Lubango en Angola.


En cambio, El Cristo de La Habana tiene los ojos vacíos y oblicuos, y los labios gruesos. Su cara representa el mestizaje de los cubanos y calza unas sandalias de “mete-dedo”, atípicas pero inspiradas en las que usaba la autora por esa época.

Por su altura, la imagen ha sido besada por descargas eléctricas en tres ocasiones —en los años 1961, 1962 y 1986— antes de que le fuese instalado un pararrayos.

Imponente, la figura de El Cristo de La Habana se ha convertido a lo largo de 60 años en un ícono de la ciudad y de su centro histórico; un monumento majestuoso, devenido patrimonio nacional de obligada conservación y visita.




THE CHRIST OF HAVANA, CUBA: THE BLESSED IMAGE THAT STILL PROTECTS US. PHOTOS.

It has been sixty-six years since December 25, 1958, when the colossal sculpture of Christ of Havana was erected over the bay of the Cuban capital, encompassing with its twenty-meter-high gaze the horizon and the Havana coastline.

Created by the creative hands of Cuban sculptor Jilma Madera in the form of the Sacred Heart, the statue made of Carrara marble reaches its sixth decade protecting the city.

The monument, Madera’s most emblematic work, was erected in Casablanca, in the municipality of Regla, next to the hill of the old fortress of San Carlos de La Cabaña on the eve of December 25, 1958, just two weeks before the Triumph of the Cuban Revolution.

The exceptional artistic value of the image, which rests on a three-meter base in which the artist Jilma Madera is known to have buried various objects typical of the time such as newspapers and coins, earned it the title of National Monument in 2017.

With great popular roots and prominence in the cultural identity of the people of Havana, four years earlier a team of specialists in charge of its reconstruction received the 2013 National Restoration Award, for the intense work carried out to return the piece to its original beauty and splendor. This has been one of the most in-depth restoration processes carried out on the image.

The Christ of Havana is the largest sculpture in the world made in white Carrara marble by a woman and is made up of 67 pieces extracted from Italian quarries; from where the material used in the monuments of the Columbus Cemetery in Havana was taken.

Weighing approximately 320 tons, the statue’s parts were all transported from Rome, Italy, where the marble image was sculpted and blessed by the then Pope Pius XII. From its mound, 51 meters above sea level, the sculpture scrutinizes every corner of the city that moves at its feet in a dizzying manner.

THE CHRIST OF CASABLANCA, HAVANA

The image appears standing with one hand raised, in an attitude of blessing, and the other on its chest looking towards the city. On purpose, the eyes of the work were left empty so that it would give the impression of looking at everyone from any place where it was observed. Due to its challenging height, from there one can enjoy one of the most beautiful and imposing views of Havana.

The image of the Christ of Jilma Madera constitutes a break with the common construction of other deities placed on the planet such as the Christ of Corcovado in Brazil; the one in Lisbon in Portugal and the one in Lubango in Angola.

On the other hand, El Cristo de La Habana has empty, slanted eyes and thick lips. His face represents the Cuban mestizaje and he wears flip-flops, atypical but inspired by the ones the author wore at that time.

Because of its height, the image has been kissed by electric shocks on three occasions—in 1961, 1962 and 1986—before a lightning rod was installed.

The imposing figure of El Cristo de La Habana has become, over the course of 60 years, an icon of the city and its historic center; a majestic monument, a national heritage site that must be preserved and visited.

Agencies/ Radio Encly./ ElCristodela HabanaHist./ Extractos/ Excerpts/ Olga Díaz/ Internet Photos/ Arnoldo Varona.

TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLWOOD.

TheCubanHistory.com Comments

comments