“EL DERECHO DE NACER” y la Radio/TeleNovela: Un Producto Muy Cubano. Corta Historia. PHOTOS.* “THE RIGHT TO BE BORN”(El Derecho de Nacer) and the Radio/Telenovela: A Very Cuban Product. Short History. PHOTOS.

“EL DERECHO DE NACER” Y LA RADIO/TELENOVELA: UN PRODUCTO MUY CUBANO. CORTA HISTORIA. PHOTOS.

Una Radio o Telenovela es un tipo de serie dramática producida principalmente en América Latina. La palabra combina Radio (por Radio o Televisión) y novela (que significa “novela”. Géneros dramáticos con actualmente generos similares en todo el mundo que entre ellos incluyen dizi (Turquía), serial (India), teleserye (Filipinas), lakorn (Tailandia), teleromanzo (Italia), téléroman (Canadá, específicamente Quebec), K-drama (Corea del Sur), J-drama (Japón), C-drama (China) y sinetron (Indonesia).

SURGE EL PRODUCTO MUNDIAL

Nadie hablaba de “radionovela” ni de “novela radial” hasta que los cubanos inventamos dichos términos, y lo mismo sucedió con el de “telenovela”.

Ya en 1934 asoma aquí la radionovela. Nace en una emisora de la ciudad de Santiago de Cuba y tiene como protagonista a Chan Li Po, un detective chino que haría célebre su frase de “Paciencia, mucha paciencia”. Su creador es Félix Benjamín Caignet Salomón.

Pero Caignet no partió de la nada. Otros autores le abonaron el camino.

UN PRODUCTO CUBANO

Ya en 1929 se decían versos y monólogos por la radio cubana, y en 1931 se radió por primera vez algo muy parecido a una novela amorosa: su autor fue el célebre poeta José Ángel Buesa. A partir de ahí gana fuerza el radioteatro, dramatizaciones que contemplaban los ingredientes –música y efectos sonoros- de lo que después se llamaría el lenguaje radial. Y por esa misma época el propio Caignet, basándose en un recuerdo de su niñez, el de los cuenteros populares, introdujo el suspenso en un programa infantil que escribía entonces: cortaba la narración en un momento culminante de la trama y había que esperar al capítulo siguiente para enterarse de cómo proseguía la acción.

Por ese tiempo comenzaban en la radio cubana las adaptaciones de grandes obras de la literatura universal y de piezas conocidas del teatro español. Con eso se fomentó el hábito de audiencia, que no tardaría en dar paso al hábito de continuidad que se implantaría con las obras de teatro que se trasmitían a razón de un acto por día.

Por entonces Caignet estaba estrenando, en Santiago de Cuba, la primera serie de su Chan Li Po. En 1937 viene a La Habana y logra un contrato en una emisora de segunda fila. Pero allí duraría poco tiempo; una emisora poderosa lo ficha y trasmite durante unos ocho años consecutivos las sutiles deducciones del detective despejador de crímenes e incógnitas que complace a un auditorio cada vez más mayoritario.

En esa misma época CMQ pide a sus oyentes que sugieran los títulos de las novelas que les gustaría escuchar. Se adaptan así para la radio obras como ’24 horas en la vida de una mujer’, de Zweig,’ Tú eres la paz’, de Martínez Sierra, ‘El hombre que yo amé’, de Rostand, y ‘Cumbres borrascosas’, de Bronte. Son los años en que el gran narrador cubano Alejo Carpentier hace para la radio versiones de novelas famosas y en un capítulo de una hora de duración condensa títulos como ‘La cartuja de Parma’, ‘Quo vadis’, ‘Los cuatro jinetes del Apocalipsis’…

Chan Li Po Producion.

LA RADIONOVELA EN CUBA

La radionovela del corazón propiamente dicha surgió en 1941, cuando la RHC Cadena Azul inicia su espacio La Novela del Aire. El primer título original cubano en esa línea es Por la ciudad rueda un grito, de Reynaldo López del Rincón, adaptador hasta entonces de grandes novelas. López del Rincón, con su obra, hizo zafra de público e inauguró toda una etapa.


En 1944 Caignet estrena ‘El precio de una vida’, y, dos años después, con Peor que las víboras ratifica su popularidad. Ya en 1945 aparece ‘El collar de las lágrimas’, de Pepito Sánchez Arcilla, que con sus 965 capítulos es la novela más larga que ha trasmitido la radio cubana en toda su historia. En 1946 salían al aire aquí entre 25 y 30 radionovelas diarias. En 1948 se radia ‘El derecho de nacer’, y su autor, Félix B. Caignet, se sitúa a la cabeza de los escritores del género.

En ese periodo surgen, entre otros, los nombres imprescindibles de Iris Dávila, Hilda Morales, Caridad Bravo Adams, Dora Alonso, René Alouis, Aleida Amaya… que acaparan, cada uno de ellos con estilo propio, el favor de radioescuchas cubanos y de otras latitudes pues no era extraño que sus obras se trasmitiesen en diez o doce naciones.

LLEGA LA TVNOVELA

Cuando se introduce la televisión en Cuba, en 1950, muchos autores radiales incursionaron, en ocasiones para quedarse, en el nuevo medio. Surgen otros nombres. Algunos –Iris Dávila, Aleida Amaya, Roberto Garriga…- se adaptan a las nuevas circunstancias. Otros tendrían una presencia menos amplia y determinante o deciden mantenerse en la radio.

Ya en los 60 se execró el folletín en la radio y la televisión cubanas. Se cortó su proceso natural y se perdieron muchos de sus recursos y sus técnicas. Ya para entonces Caignet había dejado de escribir, y también Iris Dávila. René Alouis se dedicaba a la Medicina. Hilda Morales escribiría solo dos radionovelas entre 1959 y 1967. Otros autores de antes, como Aleida Amaya, se sumaban a los nuevos tiempos, pero en la TV el folletín había dado paso, en la serie Horizontes, a lo que el público llamó “la novela de los sindicatos”, sin bien trataba de mantener los recursos y los ganchos de la “novelita”.

En la radio, la cosa no fue mejor. Es una historia no escrita. Llegó un día al ICR-T un director que no quería más folletines. Se desconoce si la idea se generó en su propia cabeza y, aunque no la expresó abiertamente, los escritores captaron sus señas y empezaron a actuar en consecuencia. Pero la decisión era más drástica de lo que en un inicio parecía y un día ordenó que todas las radionovelas en el aire finalizaran de un día para otro. Lo que sucedió es fácil de imaginar. La orden se cumplió, pero las emisoras quedaron prácticamente sin programación.

ANECDOTAS DE SUS PRODUCTORES

Enrique Núñez Rodríguez, que entonces escribía aún para la radio, no escapó a esa suerte. Contó una vez el fin de Leonardo Moncada, aquella serie de aventuras que hizo época en sus días. Lo convocaron a la dirección del organismo y le pidieron que pusiera a su personaje a deshacer entuertos en la América Latina. Enrique lógicamente se negó, dejó de escribir el serial y el nuevo escritor recibió la encomienda de matar a Moncada. Poco después aquel director era sustituido y la gente dio un título muy radial a su democión. Le llamó La venganza de Moncada.

El folletín volvería por sus propios pies en 1992 cuando Radio Progreso trasmitió ‘Más allá del amor’, de Josefina Martínez.’Pasión y prejuicio’, de Eduardo Macías, marcó en la televisión un hito en este sentido. Y en 1996, en la radio, Cuando la vida vuelve, de Joaquín Cuadras, provocaba un fenómeno de audiencia desconocido en la Isla desde muchos años antes. Cuadras, al escribirla, quiso saber si los mecanismos de Caignet funcionaban todavía, y resultado demostró que sí, que, como en los días de El derecho de nacer, el país se paralizaba de nuevo a la hora de la trasmisión. Cuadras no repetía a Caignet. Pagaba tributo al folletín clásico sin desdeñar por ello las ganancias de la comunicación moderna. Y es que el folletín gusta porque en él se exacerban todos los elementos dramáticos.

El hombre común sigue necesitado de verse realizado en un proyecto ajeno triunfante. Se dice que quien escucha o ve un folletín, no ve ni oye una novela, sino que visita una casa en la que ocurren cosas más interesantes que en la propia. Convierte al espectador en un chismoso: sabe cosas que el protagonista desconoce y quiere gritárselas desde su sala y juega así un papel dentro de esa trampa que es la trama del folletín.

“THE RIGHT TO BE BORN” * (EL DERECHO DE NACER) AND THE RADIO/TELENOVELA: A VERY CUBAN PRODUCT. SHORT HISTORY. PHOTOS.

A Radio or Telenovela is a type of dramatic series produced mainly in Latin America. The word combines Radio (for Radio or Television) and novela (meaning “novel.” Dramatic genres with similar genres around the world include dizi (Turkey), serial (India), teleserye (Philippines), lakorn (Thailand), teleromanzo (Italy), téléroman (Canada, specifically Quebec), K-drama (South Korea), J-drama (Japan), C-drama (China) and sinetron (Indonesia).

THE WORLDWIDE PRODUCT EMERGES

Nobody spoke of “radio soap opera” or “radio soap opera” until we Cubans invented these terms, and the same thing happened with “telenovela.”

The radio soap opera appeared here in 1934. It was born on a radio station in the city of Santiago de Cuba and has as its protagonist Chan Li Po, a Chinese detective who would make his phrase “Patience, lots of patience” famous. Its creator is Félix Benjamín Caignet Salomón.

But Caignet did not start from nothing. Other authors paved the way for him.

A CUBAN PRODUCT

Already in 1929, verses and monologues were being recited on Cuban radio, and in 1931 something very similar to a love story was broadcast for the first time: its author was the famous poet José Ángel Buesa. From then on, radio theatre gained strength, dramatizations that contemplated the ingredients – music and sound effects – of what would later be called radio language. And around that same time, Caignet himself, based on a memory from his childhood, that of popular storytellers, introduced suspense into a children’s program he was writing at the time: he cut the narration at a climax of the plot and you had to wait for the next chapter to find out how the action continued.

At that time, adaptations of great works of universal literature and well-known pieces of Spanish theater began on Cuban radio. This fostered the habit of audience, which would soon give way to the habit of continuity that would be established with the plays that were broadcast at a rate of one act per day.

At that time, Caignet was premiering the first series of his Chan Li Po in Santiago de Cuba. In 1937 he came to Havana and got a contract with a second-rate radio station. But he would not last long there; a powerful radio station signed him and he broadcast for eight consecutive years the subtle deductions of the detective who solved crimes and mysteries that pleased an increasingly larger audience.

During that same period, CMQ asked its listeners to suggest the titles of the novels they would like to listen to. Works such as ’24 hours in the life of a woman’ by Zweig, ‘You are peace’ by Martínez Sierra, ‘The man I loved’ by Rostand, and ‘Wuthering heights’ by Bronte were thus adapted for radio. These are the years when the great Cuban narrator Alejo Carpentier makes radio versions of famous novels and condenses titles such as ‘La Cartuja de Parma’, ‘Quo Vadis’, ‘Los cuatro caballos del Apocalipsis’ in a one-hour episode…

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