CUBA HOY: Regresa a Cuba las tiendas “TEN CENT”, simbolo del capitalismo, ahora como Mipyme. PHOTOS. * THE “TEN CENT” STORES, SYMBOL OF CAPITALISM, NOW AS MIPYNES, RETURN TO CUBA. PHOTOS.

CUBA HOY: REGRESA A CUBA LAS TIENDAS “TEN CENT”, SIMBOLO DEL CAPITALISMO, AHORA COMO MIPYME. PHOTOS.

“¡Come y bebe, que la vida es breve!”, evoca el lema ubicado a la entrada del comercio en la calle Carlos III en la Habana.
La tienda particular ha ocupado buena parte del local de una farmacia estatal, ahora reducida a un solo mostrador para atender a los clientes.

“Mercado El Ten Cent mayorista-minorista” se lee en sus vidrieras, decoradas para la ocasión.

LOS TEN CENT DE LA ERA CAPITALISTA

Los establecimientos conocidos como Ten Cent eran bastante populares en La Habana de la primera mitad del siglo XX, donde había cinco locales de los diez que abrieron sus puertas en la Isla. Los comercios minoristas, filiales de la matriz norteamericana F. W. Woolworth Company, se ubicaban en céntricas calles y avenidas como 23, Obispo, Monte y Galiano. Sus amplios salones y atractivos precios convocaban a muchos clientes y se quedaron profundamente grabados en el imaginario popular.

La F. W. Woolworth Company (a menudo denominada Woolworth’s o simplemente como los Ten Cents) fue una empresa minorista y una de las pioneras de las tiendas de cinco centavos. Fue una de las empresas de cinco y diez centavos estadounidenses e internacionales más exitosas, marcando tendencias y creando el modelo minorista moderno que las tiendas siguen en todo el mundo hoy.

Símbolos del capitalismo y el consumo, estos comercios cayeron ante la ola nacionalizadora que se extendió por Cuba con la llegada al poder de Fidel Castro en 1959

Todavía hoy, en el piso a la entrada de algunas de esas tiendas se sigue leyendo insertada en el granito la palabra Woolworth y los habaneros de mayor edad continúan llamando a estos locales con su nombre original de Ten Cent. Símbolos del capitalismo y el consumo, estos comercios cayeron ante la ola nacionalizadora que se extendió por Cuba con la llegada al poder de Fidel Castro en 1959.

LOS NUEVOS TEN CENTS

Como un guiño a ese pasado republicano, parece erigirse la nueva tienda de Carlos III, de la Habana enclavada, para mayor alegoría, en buena parte del local de una farmacia estatal venida a menos por el colapso de la industria de medicamentos cubana. Donde antes se alternaban las cajas de dipironas, las aspirinas y los morteros para aplastar y mezclar los compuestos en el dispensario, en breve se exhibirán cervezas importadas, galletas dulces traídas desde el extranjero y queso gouda de factura holandesa.

La calle Carlos III ya tenía un gran mercado en divisas, una Quinta de los Molinos y hasta un parque dedicado a Carlos Marx, pero le faltaba una farmacia convertida en mipyme. A punto de abrir sus puertas, el local ubicado en el número 704 de la amplia avenida, en Centro Habana, ha quedado dividido en una pequeña parte destinada a la venta de medicamentos y otra, más amplia, para el comercio particular de alimentos y bebidas.

“Mercado El Ten Cent mayorista-minorista” se lee en sus vidrieras, decoradas para la ocasión. “¡Come y bebe, que la vida es breve!”, evoca el lema ubicado a la izquierda de la puerta de entrada que, junto al resto de los cristales de la fachada, han sido convenientemente tapados con papel de color negro para evitar que los ojos curiosos de los transeúntes perciban los detalles del interior.

En el mismo cartel, en letra más pequeña, se lee el nombre de la empresa que gestiona la tienda: Mexohabana. La empresa fue incluida en el listado de las mipymes aprobadas en mayo de 2023, está registrada por el municipio Plaza de la Revolución y tiene como actividad principal los servicios gastronómicos.

Los cristales oscuros y las estrategias de discreción solo han avivado las especulaciones alrededor del comercio. Este martes, una mujer se acercó al estrecho mostrador de la zona aún destinada a la farmacia. Los clientes ya no pueden entrar en el desabastecido local, que parece haber perdido el pulso frente al empuje de la empresa privada con la que comparte el emblemático espacio.

En el cartel promocional, en letra más pequeña, se lee el nombre de la empresa que gestiona la tienda: Mexohabana.

TEN CENT SIMBOLO CAPITALISTA EN LOS ANOS 50s.

REGRESO A UN FICTICIO PASADO?

“¿Hay enalapril?”, preguntó la mujer que tras recibir una respuesta negativa aprovechó para indagar sobre la tienda situada pared con pared. La empleada, cautelosa ante las preguntas, solo atinó a responder que “parece que abrirá la próxima semana”. No obstante, otro cliente, vecino del barrio, se sumó a la conversación y disertó sobre El Ten Cent: “Lo que le han metido de dinero es mucho, neveras de calidad, exhibidores para bebidas, mostradores y muchas cajas con productos”.

Los dueños no han escatimado gastos. Las inversiones no han ido solo a la decoración de la entrada, sino también a la instalación de un nuevo mecanismo de iluminación, un sistema de aire acondicionado y la implementación del cobro por las pasarelas electrónicas a cargo de la herramienta Axis Pos. La reparación del inmueble incluyó la pintura de sus paredes y solucionar los problemas de drenaje que arrastraba hace décadas.

“Por fuera ya parece otro país, un mercado en una ciudad capitalista”, sentenciaba este martes un vendedor informal que, a pocos metros, colocaba sus baratijas sobre una manta. Un pomo de detergente líquido vacío, unos viejos zapatos de mujer y algunas fosforeras a medio llenar conformaban su pobre oferta. “En este portal duermen por la noche varias personas que no tienen casa”, explicó a 14ymedio.

“Desde que empezaron los trabajos de remodelación y se corrió la voz de que iban a abrir una mipyme les han estado haciendo a esa gente la vida un yogur con la policía y las presiones”, detalla. “Dicen que hay que despejar esto porque van a venir muchos clientes y no se puede entorpecer el paso ni dar una mala imagen”.

Al hombre le parece irónico, cuando menos, el uso de la marca Ten Cent en la fachada de la nueva tienda. “Yo iba de niño al de la calle Galiano, mi abuela me llevaba a la cafetería. Después trabajé muy cerca, cuando ya le habían cambiado el nombre y había que comprar con la libreta de productos industriales. Nunca me imaginé que iba a volver a ver esto”.

“¿No sabe cuándo va a entrar el diazepam?”, averiguaba un anciano esta mañana a las afueras de la puerta estrecha, para atender al público, que ha quedado como único contacto entre los clientes y los empleados de la farmacia. “No, mi viejo, no sé”, respondía lacónica la trabajadora del lugar. El vendedor de mercancías de segunda mano aprovechó la escena para decir en voz bien alta: “¡Diazepam es lo que vamos a necesitar para calmarnos cuando veamos los precios de allí dentro, porque ahí nada va a valer diez centavos!”.

En el cristal, la figura del hombre con sus baratijas se reflejaba, desgarbada, justo debajo de la invitación de “¡Come y bebe, que la vida es breve!”.

CUBA TODAY: THE “TEN CENT” STORES, SYMBOL OF CAPITALISM, NOW AS MIPYNES, RETURN TO CUBA. PHOTOS.

“Eat and drink, life is short!” evokes the motto located at the entrance of the business on Carlos III Street in Havana.
The private store has occupied a good part of the premises of a state pharmacy, now reduced to a single counter to serve customers.

“El Ten Cent wholesale-retail market” reads on its windows, decorated for the occasion.

THE TEN CENTS OF THE CAPITALIST ERA

The establishments known as Ten Cent were quite popular in Havana in the first half of the 20th century, where there were five stores of the ten that opened their doors on the Island. The retail stores, subsidiaries of the North American parent company F. W. Woolworth Company, were located in central streets and avenues such as 23, Obispo, Monte and Galiano. Its spacious rooms and attractive prices attracted many customers and remained deeply engraved in the popular imagination.

The F. W. Woolworth Company (often referred to as Woolworth’s or simply the Ten Cents) was a retail company and one of the pioneers of the five-cent store. It was one of the most successful American and international five and dime companies, setting trends and creating the modern retail model that stores follow around the world today.

Symbols of capitalism and consumption, these businesses fell before the wave of nationalization that spread through Cuba with the arrival to power of Fidel Castro in 1959.

Even today, on the floor at the entrance of some of these stores, the word Woolworth continues to be read inserted in the granite, and older Havana residents continue to call these stores by their original name of Ten Cent. Symbols of capitalism and consumption, these businesses fell before the wave of nationalization that spread through Cuba with the arrival to power of Fidel Castro in 1959.

THE NEW TEN CENTS

As a nod to that republican past, the new Carlos III store in Havana seems to be erected, located, for greater allegory, in a good part of the premises of a state pharmacy that had fallen into disrepair due to the collapse of the Cuban medicines industry. Where once boxes of dipyrones, aspirin and mortars were used to crush and mix the compounds in the dispensary, imported beers, sweet cookies brought from abroad and Dutch-made gouda cheese will soon be on display.

Carlos III Street already had a large currency market, a Quinta de los Molinos and even a park dedicated to Carlos Marx, but it was missing a pharmacy converted into a MSME. About to open its doors, the store located at number 704 of Broad Avenue, in Centro Habana, has been divided into a small part for the sale of medicines and another, larger part, for the private trade of food and beverages. .

“El Ten Cent wholesale-retail market” reads on its windows, decorated for the occasion. “Eat and drink, life is short!” evokes the motto located to the left of the entrance door that, along with the rest of the glass on the façade, has been conveniently covered with black paper to prevent the curious eyes of passers-by perceive the details of the interior.

On the same sign, in smaller font, you can read the name of the company that manages the store: Mexohabana. The company was included in the list of approved MSMEs in May 2023, is registered by the Plaza de la Revolución municipality and has gastronomic services as its main activity.

Dark crystals and stealth strategies have only fueled speculation around the trade. This Tuesday, a woman approached the narrow counter in the area still used as the pharmacy. Customers can no longer enter the undersupplied premises, which seems to have lost its pulse in the face of the push of the private company with which it shares the emblematic space.

On the promotional poster, in smaller font, you can read the name of the company that manages the store: Mexohabana.


Agencies/ 14yMedio/ Juan Diego Rodríguez/ Wiki/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com


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