La rumba lo ha acompañado en cada camino, que vale decir en todos, con ella ha vivido momentos supremos de alegría y otros de secreto dolor. A Mario Dreke, “Chavalonga”, se le reconoce como uno de los grandes rumberos cubanos; él ha trabajado el género desde su raíz más profunda, dándole una expresión muy suya, es decir, marcando un estilo. Nacido el 25 de abril de 1925 en la calle Vigía, en Atarés, La Habana, Cuba.

“Mi familia es de Limonar, en Matanzas, y cuando llegaba la Nochebuena, todo el que podía se iba a mi casa, al juicio, le decían los rumberos; lo mismo aparecía uno de Carlos Rojas, que de Jovellanos o Jagüey, de diferentes municipios. Así fue como empecé en esta música, bebiendo de lo que hacían las estrellas: Carburo, Sagua, El Dinde, Celestino Domecq, Jimagua y otros. ¡El acabose! Bailar y bailar hasta que los pies te echaran candela”.

“Trabajé con Chano Pozo en un cabaret que se llamaba…, algo así como Spotwin, con Chano aprendí a tocar las tumbas; ahora canto y bailo con siete y con ellas he invadido muchas provincias; incluso he tocado en lugares donde ni siquiera había luz. Chano tenía un temperamento fuerte, fiesteábamos en los carnavales, y luego tuvo un poco de suerte con Amado Trinidad en la Cadena Azul; Rita Montaner lo hizo un dandy de verdad, vestido con los mejores trajes y costosas prendas. A él lo perdió al final el mal ambiente. Hicimos cabaret juntos. En el Montmartre participamos en una producción en la que estaban ‘El príncipe bailarín’, Rita, quien era por ese tiempo inseparable de Chano, Silvestre Méndez y Zayas el de la “sopita en botella”.

“Soy fundador de la comparsa Los marqueses, creada en 1940 por Víctor Herrera junto a Candito Valladares, Quique y otros. Ese año salió La Jabonera, sufragada por una marca de jabón. “Todos los miembros de Los Marqueses eran “ patriotas” de Atarés, músicos muy importantes como Caballerón, el famoso quionto; Yayo, Mosquito, Papaito, el hachero; Ricardo Reinoso, quien cantó con El Paso Franco, su esposa Leopoldina Sandrino; Tío Tom, que no era de estas calles pero siempre estaba con nosotros. Tendíamos como orgullo pertenecer a Los Marqueses; por eso poníamos mucho amor en lo que hacíamos. El vestuario era de primera. ¡Imagínate que solamente los sombreros costaban cien pesos!

Para “Chavalonga”, la rumba está relacionada de alguna manera con la religión: “Conocí a lo mejor del género, como El Conde Bayona, Julián el guerrero, que era de Sagua la Grande, el Dinde y otros, y todos tenían su modo de cantarle a su prenda, que podía ser de palo; había quien la tenía jamaiquina y entonces cuando bailaban se montaban. Pienso que la rumba sí tiene que ver con el aspecto religioso y más con el santo.

CHANO POZO

VIAJE A MEXICO.

“Participé en el filme ‘Sucedió en La Habana’, y me fui a México, donde actué en películas con la cómica Vitola, aquella que decía que se defendía sola; pero me enfermé porque el picante me hacía daño y no sé si realmente fue por eso o porque sentía el peso de la nostalgia en el corazón, que regresé en la lanchota ‘Lucero del Alba’.

“Durante mi estancia en México estuve en el ‘Molino Rojo’, de Mérida. Y hay una imagen que me da vueltas: la del Benny. Lo recuerdo de mil maneras: con su boina y la bufanda de colorines echando alegres carcajadas al cielo nocturno, acodado en la barra, bebiendo largos tragos de ron y con los ojos muy abiertos porque el sueño se negaba a llegar. Teníamos un socio que se apodaba Chimenea, y cuando terminábamos las funciones echábamos a deambular por ahí, porque la vida para los músicos empieza de madrugada cuando la gente hace rato está durmiendo sus fatigas.

“Si algo bueno sucedió en mi vida fue la creación del Conjunto Folclórico, al que por mis conocimientos me llamaron; sabía de la rumba y me amplié a otros géneros: ahora canto yoruba, lucumí, arará, carabalí…, todo eso lo domino. Con esa agrupación recorrí casi un mapa entero: la primera gira fue al ‘Festival de la Juventud’, que se celebró en Finlandia, y otra a Polonia. El viaje Brasil ¡apoteósico! Se trataba de un espectáculo en el que intervenían varios grupos folclóricos y participaban más de tres mil espectadores; me tocó un número en el que rezo a Changó, guerrero que allí nombran Yansá; le canté con el alma; las lágrimas no las podía contener. Mira, aquello fue de verdad tremendo. Me tiraron muchas flores, tanto era el perfume que me mareaba.

“Chavalonga” tuvo su propio grupo de rumba y ha pertenecido a otros como el Ventú. Creador del ritmo Tahona, también ha escrito boleros en tiempo de guaguancó. Su rostro ha aparecido en portadas de varias revistas extranjeras, entre ellas la argentina Clarín.

El mítico rumbero vivía en su Atarés querido rodeado de recuerdos, hasta allí llegaban vecinos, amigos, investigadores del folclor cubano de numerosos países deseosos de escuchar sus historias, de adentrarse en su mundo, donde la música siempre ha reinado y donde falleció el 2 de junio de 2007, en la capital cubana rodeado del cariño de quienes lo conocieron y admiraron.

EL NEGRO RUMBERO “CHAVALONGA” TELLS HIS STORY.

The rumba has accompanied him in every way, which is worth saying in all, with it he has lived supreme moments of joy and others of secret pain. Mario Dreke, “Chavalonga”, is recognized as one of the great Cuban rumberos; He has worked the genre from its deepest root, giving it an expression very much his, that is, marking a style. Born on April 25, 1925, in Vigia street, in Atares, Havana, Cuba.

“My family is from Limonar, in Matanzas, and when Christmas Eve arrived, everyone who could go to my house, to the judgment, they said the rumberos, the same thing appeared one of Carlos Rojas, that of Jovellanos or Jagüey, of different This is how I started in this music, drinking from what the stars were doing: Carburo, Sagua, El Dinde, Celestino Domecq, Jimagua and others … The dance, dance, and dance until your feet are burning.

“I worked with Chano Pozo in a cabaret that was called … something like Spotwin, with Chano I learned to touch the tombs; now I sing and dance with seven and with them I have invaded many provinces; I’ve even played in places where there was not even light. Chano had a strong temperament, we played at carnivals, and then he had a little luck with Amado Trinidad in the Blue Chain; Rita Montaner made him a real dandy, dressed in the best costumes and costumes. He lost it, in the end, the bad atmosphere. We did cabaret together. At Montmartre we participated in a production that included ‘The Dancing Prince’, Rita, who at that time was inseparable from Chano, Silvestre Méndez and Zayas from the “sopita en botella”.

“I am the founder of the comparsa Los marqueses, created in 1940 by Víctor Herrera together with Candito Valladares, Quique and others. That year, La Jabonera came out, paid for by a soap brand. “All the members of Los Marqueses were” patriots “of Atarés, very important musicians like Caballero, the famous quionto; Yayo, Mosquito, Papaito, the hachero; Ricardo Reinoso, who sang with El Paso Franco, his wife Leopoldina Sandrino; Uncle Tom, who was not from these streets but was always with us. We were proud to belong to Los Marqueses; That’s why we put a lot of love into what we did. The costumes were first class. Imagine that only the hats cost one hundred pesos!

For “Chavalonga”, the rumba is related in some way to religion: “I knew the best of the genre, like El Conde Bayona, Julian the warrior, who was from Sagua la Grande, Dinde and others, and everyone had their way to sing to her garment, which could be of wood; there were those who had it Jamaican and then when they danced they rode. I think the rumba has to do with the religious aspect and more with the saint.

BENNY MORE.

TRIP TO MEXICO.

“I participated in the film ‘It Happened in Havana’, and I went to Mexico, where I acted in films with the comic Vitola, the one that said that she defended herself; but I got sick because the spicy hurt me and I do not know if it was really because of that or because I felt the weight of nostalgia in my heart, that I returned in the lanchota ‘Lucero del Alba’.

“During my stay in Mexico, I was in the ‘Molino Rojo’, in Mérida. And there is an image that spins me: Benny’s. I remember him in a thousand ways: with his beret and scarf of colorines throwing merry laughter to the night sky, leaning on the bar, drinking long drinks of rum and with eyes wide open because the dream refused to arrive. We had a partner that was nicknamed Chimenea, and when we finished the functions we started wandering around because life for the musicians starts at dawn when people are sleeping their fatigue for a while.

“If something good happened in my life, it was the creation of Folkloric Ensemble, which I was called by my knowledge; I knew about rumba and I expanded to other genres: now I sing Yoruba, Lucumí, Arará, Carabalí … all that dominated. With this group I traveled almost an entire map: the first tour was to the ‘Festival of Youth’, which was held in Finland, and another to Poland. The trip Brazil, tremendous! It was a show in which several folk groups took part and more than three thousand spectators participated; I got a number in which I pray to Changó, a warrior that they call Yansá there; I sang with the soul; the tears could not contain them. Look, that was really awful. They threw me many flowers, so much was the perfume that made me dizzy.

“Chavalonga” had its own rumba group and has belonged to others such as Ventú. Creator of the Tahona rhythm, he has also written boleros in guaguancó time. His face has appeared on the covers of several foreign magazines, including the Argentine Clarín.

The mythical rumbero lived in his beloved Atarés surrounded by memories, until there came neighbors, friends, researchers of Cuban folklore from many countries eager to listen to their stories, to delve into their world, where music has always reigned and where he died on the 2nd of June 2007, in the Cuban capital surrounded by the love of those who knew and admired him.

Agencies/ Pasion de Rumbero/ Maria C. Mestas/ Extractos/ Internet Photos/ YouTube/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.